Escrito por: Drew Boyd, co autor de "Dentro de la Caja"
"Nosotros damos forma a nuestras herramientas y, a partir de ese momento, nuestras herramientas nos dan forma a nosotros". Marshall McLuhan
El aspecto más desafiante de la innovación radica en un concepto llamado fijación. La fijación es la incapacidad de darse cuenta de que algo que se sabe que tiene un uso concreto también puede utilizarse para realizar otras funciones. Cuando uno se enfrenta a un problema nuevo, las fijaciones mentales bloquean la capacidad de utilizar herramientas antiguas de formas novedosas.
El psicólogo Karl Duncker acuñó el término fijación funcional para describir las dificultades en la percepción visual y la resolución de problemas que surgen cuando un elemento dentro de una situación tiene una función (fija) que debe cambiarse para lograr la percepción correcta o encontrar soluciones. En su famoso "problema de las velas", la situación estaba definida por los objetos: una caja de velas, una caja de tachuelas y una caja de fósforos. La tarea consistía en fijar las velas en la pared sin ningún elemento adicional. La dificultad de este problema surge de la fijación funcional de la caja de velas. Es un contenedor en la situación del problema, pero debe utilizarse como estante en la situación de la solución. Roni Horiwitz, del equipo SIT®, lo explica de la siguiente manera: "Es casi imposible que el cerebro humano produzca un pensamiento realmente fresco y único. Cada pensamiento, opinión o idea está conectado de algún modo a conceptos previos almacenados en el cerebro". Debido a esto, muchas veces somos incapaces de ver la solución a un problema aunque nos esté mirando a la cara. Estamos demasiado conectados con lo que sabíamos previamente. No solo no podemos dejarlo ir, sino que nos esforzamos mucho por anclarnos alrededor de él para explicar lo que está pasando.
Las fijaciones son insidiosas. Afectan a la forma en que pensamos y vemos prácticamente todos los aspectos de nuestra vida. En el trabajo, tenemos fijaciones sobre nuestros productos y servicios, nuestros clientes y competidores, y nuestras oportunidades futuras. La forma más dañina de fijación es cuando nos quedamos atascados en nuestro modelo de negocio actual. No podemos ver más allá de lo que funciona hoy. Dejamos de cuestionar nuestros supuestos. Seguimos creyendo que lo que una vez fue cierto sigue siéndolo. Al final, este punto ciego perpetuo es lo más peligroso para nuestro potencial de innovación.
Los clientes también tienen fijaciones. Los clientes tienen una visión limitada del futuro, tienen nociones muy arraigadas de cómo funciona el mundo y sufren el mismo punto ciego que nosotros. Sin embargo, seguimos buscando la "voz del cliente" como si una intervención divina fuera a romper esta fijación para que puedan ofrecer nuevas ideas.
Afortunadamente, hay una manera de abordarlo. La forma de romper las fijaciones es utilizar herramientas y principios de innovación estructurados que nos hagan ver los problemas y las oportunidades de formas nuevas. Recuerde la cita clásica de Will Rogers:
"No es lo que no sabes lo que te atrapará. Es lo que sabes que no es así".
¿O fue Mark Twain?
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