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Más allá del brainstorming: ¿Por qué las lluvias de ideas en general no alcanzan su potencial?

Updated: Nov 8


Por Ingrid Hoernig, Facilitadora de Innovación SIT Chile-México.


En SIT® no creemos en la lluvia de ideas ni en las pizarras con post-it. Sabemos que es una técnica ampliamente utilizada en el ámbito creativo y empresarial, sin embargo, a menudo pueden resultar ineficaces por varias razones.


En primer lugar, la ausencia de una estructura clara puede llevar a una sobrecarga de ideas que, en lugar de facilitar la creatividad, genera confusión y dispersión. Sin un enfoque que dirija el flujo de pensamientos hacia objetivos específicos, los participantes pueden sentirse abrumados por la cantidad de propuestas y, en consecuencia, pocas de estas ideas se logran convertir en propuestas viables. La falta de un marco organizado y de criterios para evaluar las ideas puede hacer que el proceso se desvíe de su propósito inicial, diluyendo el impacto de los aportes individuales. La metodología SIT® cuenta con 5 herramientas que dan una estructura a las sesiones de generación de ideas y entregando resultados exitosos comprobados por la experiencia.


Además, las lluvias de ideas pueden estar limitadas por dinámicas de grupo y sesgos inherentes. La presión social y la necesidad de conformidad pueden llevar a que algunos participantes se abstengan de compartir ideas innovadoras o fuera de lo común. Esto es especialmente problemático en grupos homogéneos donde predominan ideas similares y se excluyen perspectivas divergentes. La influencia de los miembros más dominantes o vocales también puede sesgar el proceso, llevando a que las ideas más originales sean menos escuchadas y consideradas, lo que limita el potencial creativo del grupo en su conjunto. Por lo anterior, cuando se realiza una sesión de ideación con SIT®, se busca que los grupos sean lo más heterogéneos posible para asegurar la captura de distintos puntos de vista y, a su vez, de contar con diferentes roles que hagan que provoquen el cuestionamiento del status quo, hagan que las conversaciones fluyan y que todos tengan espacio para realizan sus aportes.


Finalmente, la implementación de las ideas generadas a menudo enfrenta obstáculos significativos. La transición de una lluvia de ideas a la acción práctica requiere de una fase de evaluación y desarrollo que, en general, se descuida en el entusiasmo inicial del brainstorming. Sin un seguimiento adecuado y un plan claro para llevar las mejores ideas a la realidad, muchas propuestas quedan en el aire sin concretarse. Por esto, la metodología SIT® se preocupa de que cada idea sea bien construida a partir de los recursos disponibles, según su principio rector del “mundo cerrado”, no solo como una descripción, sino también considerando sus beneficios y retos. El método fuerza a que cada idea quede registrada en una ficha, que será la base sobre la cual se realizará el afinamiento de la idea para convertirla en un proyecto, se genere un prototipo y posteriormente se realice la implementación de cada una de ellas.


En resumen, aunque las lluvias de ideas pueden ser útiles en términos de cantidad de propuestas, su efectividad está limitada por la falta de estructura, sesgos de grupo y deficiencias en la implementabilidad, lo que puede reducir su valor real en la resolución de problemas y la generación de soluciones efectivas. Desde un entendimiento de la innovación como el lugar donde se integra la novedad, valor y viabilidad, no hay real certeza de que las ideas generadas por una lluvia de ideas sean realmente innovadoras.

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